Hoy me obligaron a tomar esas pastillas, de esas que te hable el otro día.
Ya no siento el dolor, pero tampoco, la tristeza, la alegría y la ira. Tampoco me dan ganas de amarte.
Seis mil años después, ya no siento tu olor a canela y manzana cada vez que inhalo al respirar. A cambio una pestilencia a humanidad ha saturado el ambiente.
¿Es posible que hayamos errado el conjuro la ultima vez?, al parecer no pagamos lo suficiente y quedamos debiendo.Nos trajeron la cuenta y salimos corriendo.
El viento me trajo tu voz hace unos días, no me sonó mágica, no la traía una canción sino lamento.
Yo aun camino con los Niños Santos, me cuentan de ti en sueños, aunque ya no puedo seguirles el paso,me llegan rumores de tu estado.
Ahora dibujo mejor los hechizos,se ven más bonitos. Pero son solo garabatos en la pared, aun no aprendí a ponerles alas. Los Niños Santos dices que ese es tu don y yo no puedo aprenderlo. Eh estado pensando enviarte algunos; haslos volar.
Al fin y al cabo ese es tu trabajo. Yo sigo haciendo el mío.
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